Canal de Isabel II emplea un robot tunelador para excavar galerías de alcantarillado, una práctica que aumenta el rendimiento y la seguridad laboral
En la construcción de infraestructuras del ciclo urbano del agua se desarrollan infinidad de trabajos complejos, algunos de los cuales son potencialmente peligrosos. Canal de Isabel II siempre aborda estas tareas desde la prevención de riesgos laborales. Un buen ejemplo de evaluación de riesgos y mejora de las condiciones de trabajo lo encontramos en la reciente incorporación de robots tuneladores para los trabajos de construcción de galerías de alcantarillado.
A nadie sorprende que las obras subterráneas entrañan mayores dificultades y riesgos que las realizadas en la superficie. En la apertura de galerías de alcantarillado, durante la excavación se transmiten vibraciones al terreno; y si este presenta irregularidades, existe un cierto riesgo de desprendimientos de material. Sin embargo, gracias a la incorporación de robots manejados por control remoto, estas labores resultan ahora más seguras.
Canal está utilizando el robot Brokk 70 en la construcción de un colector de drenaje en Arganda del Rey. Se trata de un robot que se desplaza con cadenas y tiene un brazo articulado al que se le pueden colocar distintos tipos de punteros para realizar labores de excavado. Este pequeño robot es manejado mediante control remoto por un operario que se coloca detrás de la máquina, protegido frente a posibles desprendimientos de material.
Juan Luis Marín Andreu, jefe del Área de Conservación del Sistema Tajo, explica: «Con este robot estamos mejorando la técnica tradicional de excavación en mina, utilizada fundamentalmente en las obras de alcantarillado que se realizan en el municipio de Madrid». En el caso de Arganda del Rey, «nos encontramos con un terreno bastante más duro y puntualmente inestable, por lo que la excavación tradicional con pistolete se hacía muy trabajosa para los operarios», relata Marín. En tales circunstancias, Canal probó el robot tunelador en uno de los pozos del proyecto y, como resultó efectivo y seguro, optó por utilizarlo en toda la obra.
Además de en Arganda del Rey, el robot tunelador se está empleando en las obras de la calle Constitución de Fuenlabrada. En ambas actuaciones se están construyendo galerías del tipo III. Cristina Castro, directora de esta segunda obra y responsable del Área de Conservación del Sistema Culebro, comenta a propósito del Brokk 70: «En esta obra alcanzamos profundidades de hasta 16 metros, así que todo lo que suponga mejorar las condiciones de trabajo bajo tierra resulta muy importante». Y añade: «Esta experiencia pionera nos está sirviendo de aprendizaje para mejorar los procesos y poder aplicarla a otros proyectos en el futuro».
Los robots tuneladores cuentan con la aprobación del Área de Prevención de Canal. Ana Galán es la persona encargada de visitar periódicamente las obras para garantizar que se cumplen los estándares de seguridad y salud en ambos emplazamientos. «La utilización de robots en las tareas de avance en mina supone un evidente progreso; estos métodos innovadores de mecanización reducen Este robot se desplaza mediante cadenas y se maneja por control remoto significativamente la accidentabilidad laboral y, sin duda, juegan un papel cada vez más importante en el mundo de la prevención de riesgos», celebra Galán.
Pese a sus muchas ventajas, los robots también presentan algunas limitaciones: su precio es elevado, para su manejo se necesita personal especializado y, de momento, no pueden usarse en galerías de pequeñas dimensiones. Aun así, el Brokk 70 está allanando el camino a nuevos compañeros autómatas que, como él, se enfundarán el mono de Canal para hacer de la gestión del agua una tarea más eficaz y, sobre todo, más segura.
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